Que algo pasa en el Rayo Vallecano, lo sabe hasta el apuntador. El ambiente raro, cargado y tenso que se vivió el domingo en el partido ante el Alcorcón no hace más que evidenciar el delicado momento que atraviesa la institución franjirroja.
Los pitos aparecieron, y los goles no resonaron ni rugieron como debería ser. El equipo no acaba de casar con la afición, y el testarazo de Javi Guerra fue más un resoplido de “menos mal” que una propia celebración de un gol que daba tres puntos imprescindibles para la franja.
Y como digo, a todo esto, unido al mal juego que desplegaron los pupilos de Baraja, aparecieron los pitos. Que sí, que ya, que no es la primera vez que se emiten, pero estarán conmigo en que algo llevan dentro. Trashorras fue pitado por parte de la afición al ser sustituido, y todo sea dicho, el capitán no atraviesa su mejor momento. Personalmente, al margen de todo lo que su silencio pueda guardar, considero que el físico le está jugando una mala pasada al 10 franjirrojo. Otrora vanagloriado, el timón de la franja está a tiempo de retornar los pitos por flautas en cuanto Baraja ponga la forma física de sus jugadores como una prioridad. Porque no discreparán conmigo si les digo que al equipo le faltan unas cuantas vueltas al ruedo, un poco menos de protestar y un mucho de correr.
Súmenle a ello la lluvia. Hablando con varios aficionados tras el encuentro, y retrotrayendo momentos pasados en la Avenida de la Albufera, resulta que ninguno recuerda una sucesión de 3 ó 4 partidos consecutivos con lluvia. No sé yo si no será otra muestra más de la negatividad que lleva consigo este equipo. Por no hablar del NO partido de la jornada anterior ante el Levante, que será disputado la semana que viene.
Pero no se me alarmen, al menos no más de lo que ya estén. Siempre habrá algo para buscar esperanza en tan sombrío panorama. Se ganó al Alcorcón, se sumaron 3 puntos que saben a oxígeno puro y el equipo tiene un desplazamiento clave la próxima semana. La franja visita al colista, el Nastic, en lo que puede y debe ser la primera victoria a domicilio después de tropecientos partidos. No hay excusas que valgan. Con Baena retornado y el equipo optimizando su tono físico, es cuestión de tiempo el resurgir franjirrojo. O no. Eso es algo que solo el tiempo dictaminará. Por si acaso, sujeten con fuerzas sus corazones que la temporada promete muchas emociones.