“Rayo, un Club a la deriva”
El Rayo Vallecano cayó derrotado 1-2 ante el Mirandés en Vallecas en el partido correspondiente a la vigesimosexta jornada de Liga 1|2|3. El conjunto de Baraja abría el marcador con un gol de Galán, pero Urko Vera y Sangalli daban la primera victoria como visitante del Mirandés en Liga.
Manifestación y cambios en el once
La previa del partido estuvo marcada por la manifestación convocada por la plataforma ADRV en protesta por la gestión del presidente Raúl Martín Presa, a la que acudieron varios centenares de personas. Nueva jornada de protestas de la afición rayistas como ya sucediera en el último partido en Vallecas ante el Almería.
En lo deportivo, el Rayo Vallecano arrancaba con la novedad en el once de Galán en el lateral derecho, dejando el extremo para Quini. Asimismo, el centro del campo estuvo comandado por el canterano Fran Beltrán y Jordi Gómez, por lo que Baena tuvo que esperar su oportunidad en el banquillo. El último cambio fue el de Embarba en la mediapunta. Con todo ello, el conjunto de Baraja pretendía hacer daño a un Mirandés que se plantó en Vallecas con defensa de tres, y con el ex rayista Provencio en el once inicial.
Los primeros compases del encuentro sirvieron para dejar claro muchas de las cosas que se verían a lo largo de los 90 minutos. Por un lado, los nervios que tensionan a los futbolistas franjirrojos, puesto que el control del balón corrió a cargo de un poblado centro del campo visitante. Por otro lado, ese posicionamiento rival motivaba las rápidas salidas a la contra del Rayo, un estilo poco habitual, no tan pausado y sedante como suele ser el juego al que nos tiene acostumbrado Baraja en sus partidos. Otro de los ingredientes que habría que añadir para configurar la ensalada sería el agitado clima social que se vive un partido sí y otro también en el Estadio franjirrojo.
Fran Beltrán volvía a ejercer de comandante de la nave vallecana. El canterano sigue demostrando en cada partido que con ganas e intensidad se puede jugar y deleitar en este Rayo Vallecano. Junto a él, la pareja de baile en el centro del campo fue Jordi Gómez. El catalán comienza a consolidarse en el once de Rubén Baraja. No obstante, el mando que está adquiriendo en el juego se evidenció en un libre directo que lanzó mediada la primera parte, tomando la responsabilidad por encima del resto.
El primer tiempo volvió a ser otro infumable episodio de fútbol en la Avenida de la Albufera. De hecho, el Rayo Vallecano no dispuso de su primer disparo a puerta hasta el minuto 23, tras una gran internada de Aguirre por banda izquierda. El manchego volvió a brillar en el extremo con su velocidad, bien secundado por el Álex Moreno en la retaguardia.
El primer tiempo languidecía con un Rayo que lo intentaba pero que no llegaba a inquietar la portería de Sergio Pérez. El empate sin goles denotaba otro partido de siesta en Vallecas, en donde no pasó nada relevante en los primeros 45 minutos.
Vallecas estalla
La segunda mitad comenzaba con la misma poca tensión que de costumbre, pero la jugada tonta de la semana fue a parar esta vez al bando visitante. Habían transcurrido tan solo tres minutos desde el pitido cuando un balón en largo que Embarba luchaba por atajarlo ante la presencia del guardameta visitante iba a propiciar la cantada del portero, que atajó el balón con las manos fuera del área, en la zona derecha de ataque rayista. El árbito no sacaría la tarjeta amarilla a Sergio, pero la falta sería el devenir del primer tanto rayista. La falta se lanzó al corazón del área, el balón salió despejado a las botas de Fran Beltrán que disparó y el balón salió rechazado del palo a los pies de Galán, quien no tuvo más que empujar al fondo de las mayas para establecer el 1-0 en el marcador.
El conjunto de Baraja se ponía por delante en el marcador y tenía toda la segunda parte para certificar tres puntos vitales. La película pintaba muy bonita en Vallecas, pero los partidos del Rayo en la presente temporada no son nada sencillos. Una falta en el lateral izquierdo del Rayo iba a ser el prolegómeno del empate visitante. Un rechace tras el centro de la falta iría a parar a la cabeza del recién entrado Urko Vera, quien establecería las tablas en el electrónico. Vuelta a empezar y jarro de agua fría a la moral rayista, que dispuso de una clara ocasión en las botas de Embarba para volver a poner por delante a la nave franjirroja, pero su disparo se marchó alto.
El colegiado, González Fuertes, volvería a tomar protagonismo en el encuentro al mostrar la segunda tarjeta amarilla a Diego Aguirre. El árbitro se mostró bastante riguroso a lo largo de los 90 minutos. Sin duda, la roja al toledano volvía a ser otro golpe directo a la maltrecha psicología vallecana. Con media hora todavía por disputarse, el Rayo volvía a estar perdido.
El Mirandés se adelantaría en el marcador a falta de cinco minutos para el final del partido con un gol de Sangalli. La frustración y desesperación de la grada fue más que evidente y los gritos y pañuelos contra el palco volvieron a aparecer. La crispación de la parroquia rayista ha llegado a un extremo en el que no puedo más. Pese a ello, el Rayo contaría con ocasiones para empatar el encuentro en las botas de Embarba, Ebert, Álex Moreno, Manucho y Javi Guerra, que había entrado al césped en sustitución de Embarba.
El Rayo Vallecano vuelve a complicarse su futuro y ver muy de cerca los puestos de descenso a Segunda B. Con esta derrota, los franjirrojos suman una sola victoria en los últimos nueve partidos disputados. Además, Baraja solo ha obtenido 13 puntos de 39 posibles. El próximo partido de los vallecanos será en Getafe, con muchas dudas de que Baraja esté sentado en el banquillo.