“El Rayo despierta del letargo a domicilio”
El Rayo Vallecano ganó 0-1 ante el Nástic en la decimoctava jornada de LaLiga 1|2|3 en el estadio Nou Estadi. El gol de Javi Guerra da la primera victoria a domicilio en Liga un año y dos meses después y sirve para encadenar dos triunos consecutivos por primera vez esta temporada.
Arrancaba el Rayo con la principal novedad de Raúl Baena en el once. Comandando el juego desde el centro del campo con Roberto Trashorras ejerciendo la capitanía y un comienzo eléctrico de Diego Aguirre en banda derecha, los de Rubén Baraja fueron despertando de la siesta conforme avanzaban los minutos.
Los locales comenzaron con dominio y una fuerte presión sobre la medular franjirroja, con sendos disparos de Uche y Tejera desde la frontal del área que inquietaron a Gazzaniga. Pero la franja, que en esta ocasión era multicolor, luchaba por sacudirse la presión con un combativo Ebert.
El tiempo transcurría con pocas ocasiones para ambos bandos, con un Nastic que reclamaba penalti por mano de Zé Castro en el minuto 30 y un claro dominio local de la posesión. Los de Vallecas no eran capaces de desquitarse de la presión, de hecho, el primer diparo a puerta no llegaría hasta el minuto 45, con un mano a mano de Javi Guerra cuyo disparo se estrelló en el pecho de Dimitrievski.
El guión de la segunda mitad comenzó con otro aire totalmente distinto y con la mejor ocasión visitante, que vería como una impresionante volea de Diego Aguirre se ectrellaba contra el larguero. Parecía otro Rayo. Presionando, agresivo y con mucha intensidad, los de Baraja buscaban el tanto de la victoria y llegaban incluso a agobiar por momentos la meta local. Aguirre seguía combativo en su flanco izquierdo y Javi Guerra aparecía en el ataque franjirrojo.
Pero no era suficiente para Rubén Baraja que pedía más intensidad a los suyos, sabiendo que la victoria estaba cerca y era fundamental para seguir con la escalada en la clasificación. Sin duda, este es el Rayo que quiere Baraja. Un equipo con intensidad y carácter.
Los locales se desquitaban la presión visitante como buenamente podían, pero el partido vivía un constante ida/vuelta que no hacía más que incentivar los nervios de unos y otros. La tensión aumentaba y el marcador seguía sin moverse cuando el técnico franjirrojo daba entrada a Embarba y Manucho para seguir perfilando la misma intensidad en el ataque de los suyos. El tercer cambio era el de Baena, cansado y exhausto, por Fran Beltran para meter toda la presión en los últimos 15 minutos de encuentro.
El Rayo tenía las ocasiones, pero el gol no llegaba. Manucho dos veces y Embarba en un disparo que se estrelló en el palo ponían en evidencia el dominio visitante. El Rayo acariciaba el gol, que tampoco llegaría en un rechazo que se encontraba Javi Guerra en la frontal del área, a cinco minutos del final. Los de Vallecas merecían mucho más en esta segunda mitad. Ocasiones, dominio, presión, intesidad,… Hasta que llegó el gol que rompió la eterna mala racha. Centro desde la derecha de Embarba que Javi Guerra, con la ayuda del central, empujaba al fondo de la red a falta de dos minutos para el final del partido.
Primera victoria del Rayo a domicilio después de 24 encuentros consecutivos sin hacerlo. Cambio radical de actitud y segunda victoria consecutiva por primera vez en lo que va de campaña. El Rayo de Baraja respira y encara con optimismo el partido ante el líder el próximo miércoles.