Comprendo que la euforia esté desatándose entre el rayismo, que la victoria en Girona ha sido una alta dosis de adrenalina para los maltrechos corazones franjirrojos, pero compañeros, mantengan la calma, no lancen las campanas al vuelo y pongan los pies en el suelo, que la temporada está siendo muy dura.
Los pies en el suelo
Calma, que veo que se me vienen arriba. Piensen simplemente que hace tres jornadas este Rayo Vallecano era colista, tras la derrota en Cádiz, empatado a puntos con Mirandés y Almería. Piensen que está siendo una temporada de mierda, y que pase lo que pase de aquí a final de temporada, este curso 2016/2017 ha sido nefasto para la institución franjirroja. Rememoremos y seamos honestos ante el esperpento de año que llevamos, desde la catástrofe de Anoeta; desde ese momento, todo ha sido un auténtico desastre, salvado por la llegada de Míchel, que ha sido quien ha devuelto la ilusión a este barrio.
Tengan presente que este Rayo todavía sigue coqueteando con los puestos de descenso, pese a que la victoria ha sido una gran inyección de moral a la maltrecha psicología vallecana. Pero todavía restan 10 partidos para finalizar la temporada y creo que el objetivo sigue siendo mantener la categoría. La única remota opción de optar al ascenso sería ganar los 10 partidos, y estarán conmigo que esa es una faena que roza la épica, y honestamente, considero que no estamos para épicas en Vallecas este año, tal y como llevamos el curso, con la crispación latente que partido tras partido hemos sufrido e incluso el miedo que ha azotado Vallecas en muchos momentos esta temporada.
Salvar la categoría lo antes posible es el verdadero reto de Míchel, para hacer una buena planificación de la próxima campaña en Segunda División, con tiempo, previsión y mucho trabajo, para gestar una orquesta con Míchel Primero de Vallecas al frente de la nave rayista. Eso es lo que debe hacer este Rayo de aquí a final de temporada.
Pero eso sí, no seré yo quien les quite el derecho a soñar. ¡Qué bonito es soñar!, sueñen amigos, dejen volar su imaginación y disfruten del momento, de la victoria en Girona y de lo que pueda pasar en el futuro, pero no levanten los pies del suelo, hay que saber en todo momento de donde venimos.