Se acaba el año y llega el momento de hacer los pertinentes análisis. El 2016 finaliza con un pésimo bagaje para el Rayo Vallecano, que en lo deportivo se consumó con el descenso a Segunda División y en lo institucional planea con más sombras que luces. En total, el club franjirrojo ha disputado 44 partidos oficiales en 2016 con 12 victorias (27%), 15 empates (34%) y 17 derrotas (39%).
El Rayo Vallecano arrancaba 2016 inmerso en puestos de descenso a Segunda División, pero con la motivación de hacer una buena segunda vuelta que le diera la permanencia. Así, los pupilos de Paco Jémez encadenaron una racha positiva de resultados en la que solo tuvieron una derrota en los nueve primeros partidos de Liga disputados.
El equipo respiraba nuevas dosis de optimismo, la afición acabó de enchufarse para sumar y todos remaban en la misma dirección: salvar la categoría. Durante esos primeros meses de competición, el cuadro franjirrojo rayó a gran altura y jugó buen fútbol, con partidos como el 3-0 ante el Celta de Vigo o el 2-0 a Las Palmas. Lo negativo, los clásicos y repetidos errores defensivos que le costaron más de un disgusto.
El Rayo Vallecano seguía vivo, competía y no tiraba la toalla. La permanencia se rozó aquel 20 de abril en Málaga, donde tras un buen partido de los vallecanos, la victoria se truncó en el último suspiro. Muchos comprendieron que ese día se descendió, porque por delante venían tres encuentros a cara de perro: Real Madrid, Atlético de Madrid y Anoeta. Tres partidos que fueron tres derrotas pero que bien pudieron ser nueve puntos. Los franjirrojos jugaron minutos de Oro ante el Real Madrid, poniéndole contra las cuerdas y siendo muy, pero que muy superior.
Se visitaba el Vicente Calderón en lo que a la postre sería la última vez que el Rayo Vallecano jugase en ese estadio. La derrota, con un solitario gol de Griezmann, no ponía justicia a lo visto sobre el césped, con un Rayo que tuvo ocasiones para sumar. Y era eso lo único que necesitaba en esos tres partidos: sumar. Y entonces llegó Anoeta.
La Real Sociedad tenía la temporada hecha, no se jugaba nada, y el Rayo Vallecano tan solo necesitaba sumar. Nadie dudaba de que eso era lo que iba a pasar. La marea franjirroja viajó hasta San Sebastián para celebrar la permanencia, en uno de los mayores desplazamientos de la afición en su Historia. Pero la decepción por lo allí sucedido y las lágrimas de todos los que allí estuvieron ponen de manifiesto el dolor por lo que pudo haber sido y no fue. El Rayo Vallecano volvía a Segunda División tras cinco temporadas en la élite.
Desde ese momento, las tormentas no han parado de sucederse una tras otra en el seno del club vallecano. Desde la sombra que pesa por lo sucedido en Anoeta, la rueda de prensa posterior, la marcha de Felipe Miñambres y Paco Jémez, la llegada de Sandoval, las polémicas dentro del vestuario, los despidos de parte del personal del Club, el penoso estado del Estadio, las derrotas, …
En lo deportivo, el año 2016 acaba con Rubén Baraja al frente de la nave franjirroja, y con un equipo que no acaba de coger el ritmo a la categoría: está a solo un punto de los puestos de descenso a 2ªB. El técnico vallisoletano ha dirigido seis partidos desde su llegada, con tres derrotas, dos victorias y un empate.
Por último, el año pone fin con el error de Gazzaniga en el partido ante el Zaragoza, un símil que bien pudiera valer para hacer este resumen del 2016. Un año que podía haber sido fácil, pero que ha sido nefasto para el Rayo Vallecano.