En el último minuto del último partido. Hay mil formas de ganar un título, pero de esa manera tan agónica y a la vez satisfactoria ganó el Rayo Vallecano el pasado domingo la segunda Liga de División de Honor Juvenil de su historia. Ningún guionista hubiera podido escribir un final más épico. El taconazo de Pajuelo y posterior derechazo de Raúl Uche permiten a una generación de oro que ilusiona, hacer historia con la franja.
Esa generación dorada la componen futbolistas, o mejor dicho, niños de entre 17 y 19 años, nacidos entre 1996 y 1998. Precoces, descarados, con un talento que les hace únicos y con esa garra y competitividad que les ha permitido superar la presión de tener que ganar las cuatro jornadas finales para evitar que la Liga volase a Valdebebas. Capitanea esa quinta un tipo con mucho carácter, Pablo Clavería, cuyas incontables virtudes no han pasado desapercibidas para Paco Jémez que le hizo debutar en Primera División esta temporada con solo 18 años en Mestalla ante el Valencia. Los campeones no podían tener un mejor líder.
Al mando de esa generación se sitúa un entrenador que llama con fuerza a las puertas del fútbol profesional. Y es que Diego Merino (Badajoz, 19-6-1988) a sus 26 años es un técnico de una enorme proyección. Tiene la virtud de ver y analizar el fútbol al nivel de los privilegiados. A ello le suma sus toneladas de ilusión y horas y horas de trabajo incansable. Vídeos, libros, revistas…todo aquello relacionado con fútbol es de su interés. Diego Merino es un “loco” del fútbol. Ama este deporte y solo conoce un camino para triunfar: el trabajo.
La fórmula de su éxito la completa un cuerpo técnico que le complementa a la perfección, representado por las figuras de Miguel Ángel Quejigo (su segundo) y Héctor Carrión (su preparador físico y mano derecha). Sin ellos dos no se puede entender la figura del técnico extremeño y sin este cuerpo técnico es difícil entender el título de Liga conquistado hace unos días en Alcorcón. Joaquín, Iván, Fueyo, Mario y el entrenador de porteros Medina completan ese fabuloso grupo de trabajo.
Un proceso de tres años
Pero el título de Liga de este equipo empieza a fabricarse hace dos temporadas y debe un pedazo de ella a Alberto “Chino”, Viti, Montes, Edu Prieto, Isi o Saballs (me dejo a muchos). Con ellos y muchos otros, Diego Merino empezó a fraguar en su primer año como entrenador de la cantera del Rayo Vallecano ese equipo de gen campeón. En esa escuadra militaban Pablo Clavería, Rubén Quirós, Jorge Shafa, Iván Murillo y Juancho, los únicos supervivientes de aquella generación en el equipo campeón de este año. Terminan esa temporada segundos en Liga Nacional por detrás del Real Madrid y siendo campeones de la Copa Federación.
Para la siguiente temporada, ya en División de Honor, Diego Merino reclutó, entre otros, a Pep Biel y al prometedor central Nico Cañizares, al que repatría cedido por la Juventus. Además apuesta por dos futbolistas recién salidos de etapa cadete, Sergio Akieme y el delantero Raúl Uche, que se había hinchado a hacer goles con Javier Arroyo en el Cadete A. Con el equipo más joven de su historia en la categoría, el Rayo Vallecano solo pudo ser cuarto y no cumplió su objetivo de alcanzar la Copa del Rey. La temporada termina entre lágrimas y gritos de rabia pese a la consecución de la segunda Copa Federación consecutiva. Ese amargo momento merecía una revancha. Y como todos ustedes saben, Diego Merino y sus chicos la tuvieron. [dropshadowbox align=”left” effect=”raised” width=”250px” height=”70px” background_color=”#d2eae6″ border_width=”1″ border_color=”#dddddd” ] El título de Liga de este equipo empieza a fabricarse hace dos temporadas [/dropshadowbox]
Para este año, el técnico extremeño mantuvo su apuesta por la juventud. O mejor dicho, la incrementó. La primera decisión fue la de incluir en su equipo a una de las joyas de la cantera del Rayo Vallecano, Joni Montiel, que pasaría directamente de jugar en cadetes a jugar la más alta categoría de juveniles. Además, llegan al equipo Javi Ruiz, Raúl, Álvaro, Ángel, Viso, Alberto Caro, Pajuelo, Christian, Junior y Kike, un talentoso mediocampista al que adelanta un año su llegada a Juvenil A y al que convertirá en pieza fundamental de su juego. Todos ellos capitaneados en todos los sentidos por Pablo Clavería. La apuesta estaba hecha. Durante la temporada reforzaron al equipo el central del Juvenil B Poblete (decisión fundamental) y de forma intermitente los jóvenes Fran Feuillassier, Cañas, Losada, Manrique o Sergio Sarmiento.
“Se acabaron los complejos y los victimismos. Nuestro objetivo es competir de tú a tú cada partido con la máxima ambición y sin metas”, aseguró Diego Merino en los micrófonos de Unión Rayo el 3 de septiembre de 2014, a unos días de arrancar la Liga en Alcobendas. Discurso ambicioso que no se torció lo más mínimo durante toda la temporada, pese a tener enfrente al todopoderoso Juvenil A del Real Madrid de Luis Miguel Ramis, cuyo presupuesto equivale al de toda la cantera del Rayo Vallecano. [dropshadowbox align=”left” effect=”raised” width=”250px” height=”70px” background_color=”#d2eae6″ border_width=”1″ border_color=”#dddddd” ] El club está ante un generación histórica, a la que deberá cuidar y mimar [/dropshadowbox]
El final todos ustedes lo saben. Alcorcón, minuto 92, gol de Uche, locura, fiesta y celebración por la consecución del título del Grupo V de División de Honor. Diego Merino es el segundo entrenador que lo consigue, tras Jimeno en la 2007-2008. Solo dos veces en la historia, dato que demuestra la magnitud de la hazaña. “Nuestra conquista se podría asemejar a que el Sevilla o el Valencia ganasen la Liga de Primera División”. El técnico franjirrojo es consciente de que su equipo ha hecho historia.
Y la película no ha acabado. Por delante el Trofeo de Campeones en Almuñécar y la Copa del Rey, dos caramelos muy jugosos que pueden coronar una temporada para enmarcar. Y a una generación para recordar. Pero pase lo que pase, los Montiel, Shafa, Uche, Aki, Nico, Clavería, Kike, Juancho y compañía me han hecho disfrutar como a un enano este año y me despiertan toneladas de ilusión de cara al futuro. Despido estas líneas dejando mi apuesta de que a más de uno le veremos en Primera División en no mucho tiempo. Para ello deberán asimilar la borrachera de éxito de estos días…y los malos momentos que les vengan. El club está ante una generación histórica, a la que deberá cuidar y mimar. Bendita cantera, bendita generación...
David Briz (@davidbriz8)